10 Consejos para ahorrar en el recibo de la Luz.
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10 Consejos para ahorrar en el recibo de la Luz.
1.- La potencia contratada sube la factura
Para utilizar los electrodomésticos de mayor consumo a la vez es necesario tener contratada una potencia superior a la que realmente se necesita. Si no salta el interruptor cuando se conectan a la vez varios equipos de alto consumo, es porque su potencia contratada es demasiado alta; ésta puede ajustarse y por tanto pagar menos en su factura.
2.- Los aparatos de aire deben situarse bien
La situación ideal de los aparatos de aire acondicionado es en una posición alta (el aire frío tiende a descender) y sobre una ventana, ya que en las ventanas se producen pequeñas filtraciones de aire que dispersan el frío por la estancia permitiendo una temperatura más homogénea. Por su parte el calor tiende a subir.
3.- Con la vitrocerámica también se ahorra
Cuando el diámetro de la olla o sartén es menor que el de la placa o fogón, se pierde mucha energía por el perímetro que no se aprovecha.
4.- Apagar las luces, pero sólo a veces
Apagar la luz de las habitaciones que vayas a abandonar más de unos minutos, o el uso de programadores o sensores de luz diurna o de movimiento son consejos fáciles de aplicar que le ayudarán a ahorrar. Sin embargo, si el sistema de iluminación es mediante fluorescentes, lo mejor es apagarlos sólo si se sale de la habitación más de 15 minutos. Reducirá la factura y alargará la vida de la lámpara.
5.- Cuidado con el frigorífico
La escarcha que se acumula en el congelador reduce el rendimiento de la máquina, por lo que se recomienda descongelar cuando el espesor de la escarcha supera los 4mm aproximadamente. Descongelar cuando no es necesario es igualmente ineficaz, porque se exige al congelador demasiados saltos térmicos y en este proceso se aumenta el consumo eléctrico.
6.- Desconectar siempre el calentador del gas
Cuando en el hogar existe un calentador de gas con llama encendida en situación de espera estamos desperdiciando energía si no se está utilizando. Por ello, lo más eficiente es apagar el calentador cuando no vayamos a usarlo, pese a la creencia habitual de que cuando se enciende, se gasta más.
7.- Ni frío, ni calor
Los termostatos y termoválvulas nos permiten ajustar exactamente el frío o calor que necesitamos según nuestras necesidades, limitando el consumo energético. La temperatura ideal en invierno es de entre 19º y 21ºC, mientras que en verano es de entre 23º y 25ºC. Subir en invierno (o bajar en verano) éstas temperaturas supone un gran aumento del gasto energético (entre un 5 y un 8 % más de consumo por grado).
8.- Bombillas de bajo consumo
Las lámparas de bajo consumo poseen las mismas características lumínicas que las incandescentes pero con un consumo mucho menor. Su uso habitual asegura su rentabilidad a largo plazo.
9.- Abrir el horno no sólo es malo para el bizcocho
La apertura del horno cuando éste está caliente y en funcionamiento supone una pérdida calorífica de alrededor del 20% por lo que el aparato, para volver a alcanzar la temperatura óptima para cocinar consume mucha más electricidad.
10.- La lavadora, siempre llena
Para un uso óptimo de los electrodomésticos lo ideal es llenarlos al máximo de su capacidad y usar programas de lavado cortos y con una temperatura no demasiado alta, ya que calentar el agua consume energía. Otra opción, si no es posible ocuparlos por completo, es utilizar los programas de media carga que los más modernos suelen incorporar.
Para utilizar los electrodomésticos de mayor consumo a la vez es necesario tener contratada una potencia superior a la que realmente se necesita. Si no salta el interruptor cuando se conectan a la vez varios equipos de alto consumo, es porque su potencia contratada es demasiado alta; ésta puede ajustarse y por tanto pagar menos en su factura.
2.- Los aparatos de aire deben situarse bien
La situación ideal de los aparatos de aire acondicionado es en una posición alta (el aire frío tiende a descender) y sobre una ventana, ya que en las ventanas se producen pequeñas filtraciones de aire que dispersan el frío por la estancia permitiendo una temperatura más homogénea. Por su parte el calor tiende a subir.
3.- Con la vitrocerámica también se ahorra
Cuando el diámetro de la olla o sartén es menor que el de la placa o fogón, se pierde mucha energía por el perímetro que no se aprovecha.
4.- Apagar las luces, pero sólo a veces
Apagar la luz de las habitaciones que vayas a abandonar más de unos minutos, o el uso de programadores o sensores de luz diurna o de movimiento son consejos fáciles de aplicar que le ayudarán a ahorrar. Sin embargo, si el sistema de iluminación es mediante fluorescentes, lo mejor es apagarlos sólo si se sale de la habitación más de 15 minutos. Reducirá la factura y alargará la vida de la lámpara.
5.- Cuidado con el frigorífico
La escarcha que se acumula en el congelador reduce el rendimiento de la máquina, por lo que se recomienda descongelar cuando el espesor de la escarcha supera los 4mm aproximadamente. Descongelar cuando no es necesario es igualmente ineficaz, porque se exige al congelador demasiados saltos térmicos y en este proceso se aumenta el consumo eléctrico.
6.- Desconectar siempre el calentador del gas
Cuando en el hogar existe un calentador de gas con llama encendida en situación de espera estamos desperdiciando energía si no se está utilizando. Por ello, lo más eficiente es apagar el calentador cuando no vayamos a usarlo, pese a la creencia habitual de que cuando se enciende, se gasta más.
7.- Ni frío, ni calor
Los termostatos y termoválvulas nos permiten ajustar exactamente el frío o calor que necesitamos según nuestras necesidades, limitando el consumo energético. La temperatura ideal en invierno es de entre 19º y 21ºC, mientras que en verano es de entre 23º y 25ºC. Subir en invierno (o bajar en verano) éstas temperaturas supone un gran aumento del gasto energético (entre un 5 y un 8 % más de consumo por grado).
8.- Bombillas de bajo consumo
Las lámparas de bajo consumo poseen las mismas características lumínicas que las incandescentes pero con un consumo mucho menor. Su uso habitual asegura su rentabilidad a largo plazo.
9.- Abrir el horno no sólo es malo para el bizcocho
La apertura del horno cuando éste está caliente y en funcionamiento supone una pérdida calorífica de alrededor del 20% por lo que el aparato, para volver a alcanzar la temperatura óptima para cocinar consume mucha más electricidad.
10.- La lavadora, siempre llena
Para un uso óptimo de los electrodomésticos lo ideal es llenarlos al máximo de su capacidad y usar programas de lavado cortos y con una temperatura no demasiado alta, ya que calentar el agua consume energía. Otra opción, si no es posible ocuparlos por completo, es utilizar los programas de media carga que los más modernos suelen incorporar.
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